Con Cártel Medina-Montilla era «percepción» con el actual son casos aislados; Asesinan sargento de la ARD

Por Sin Reservas

La inseguridad en la República Dominicana bajo el Cártel Medina-Montilla era «percepción» y con el actual Cártel son casos «aislados, esporádicos u ocasionales».

Pero la ocasión es constante, y no hay día que no haya varios actos delincuenciales, y muy raro que entre ellos no contemos un asesinato.

Eso sucede cuando un país como el nuestro está acéfalo de gobernante y solo tiene un «presidente» que le ha dejado las calles a las bandas de todas índoles, como civiles, gubernamentales y uniformadas, para que hagan lo que plazca con la población, y en cada ámbito estos delincuentes imponen su gobierno, asaltan, atracan; unos roban, otros roban y asesinan, otros imponen el caos, la mayoría en asociación de malhechores con todo tipos de mal llamadas «autoridades».

Mientras eso sucede se agraban los servicios públicos, y tal parece que saben que «se van» y solo están, unos preocupados por eso y otros aprovechando para hacerse de algunos millones.

En el Palacio Nacional no trabajan, solo están enfocados en Guido Gómez Mazara, Leonel Fernández, Ramón Alburquerque, entre otros.

De los casos fatales más reciente tenemos el del Sargento de la Armada, Frank Encarnación Cabrera, asesinado en un supuesto atraco.

La víctima se desplazaba la madrugada del sábado en una motocicleta por la avenida Charles de Gaulle, en Santo Domingo Este, junto a la señora Katherina Bautista, y cuando esta se percató que estaban siendo perseguidos advirtió a Encarnación y le pidio que acelerara pero al llegar a la avenida Las Américas, cerca de la Junta Central Electoral, los asesinos les alcanzaron y les dispararon, hiriendo mortalmente al sargento.

Cuenta Bautista, que Encarnación, logró dispararles con su arma de reglamento, pero que estos huyeron y ella tomó el arma de fuego y escapó.

El padre del sargento, Alfares Encarnación, dijo que su hijo era muy querido en el barrio. Y que deja dos hijos de 16 y seis años en la orfandad.

«Era un muchacho querido por todos en su barrio y en su trabajo y que hasta el día de su muerte nunca tuvo enemigos ni problemas con nadie», relató.

Señaló que a todos los militares se les debe garantizar su seguridad al término de sus funciones, ya que se desplazan solos en las calles y los delincuentes los mantienen en acecho para sustraerles sus instrumentales de trabajo para pasarse por policías o militares.

«Se les debe garantizar la seguridad a los militares o garantizarles otras condiciones de vida porque imagínate tú, un militar viviendo en un barrio o andando en un motor está expuesto a que le pase de todo, ojalá se puedan tomar medidas para reforzar la vida de todos los militares del país», dijo.

Encarnación clamó justicia para que el caso no quede impune y puedan someter a los culpables del hecho.

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